Esperar…

… El éxito de un tratamiento, que logrará que un familiar o amigo nuestro recupere definitivamente su salud;… que cambie la actitud de un hijo o una hija, para que pueda ser honesto y responsable en su vida;… un trabajo digno, que permita brindar estabilidad y bienestar a la familia.  Esperar… con paciencia y optimismo.

El Papa Francisco, comentó la carta de Santiago, donde está escrito: “alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas”.  Y continuaba diciendo: “La paciencia, soportar las pruebas, las cosas que nosotros no queremos, hace madurar nuestra vida”.

San Josemaría decía: “Hemos de ser optimistas, pero con un optimismo que nace de la fe en el poder de Dios. El optimismo cristiano no es un optimismo dulzón, ni tampoco una confianza humana en que todo saldrá bien. Es un optimismo que hunde sus raíces en la conciencia de la libertad y en la seguridad del poder de la gracia; un optimismo que lleva a exigirnos a nosotros mismos, a esforzarnos por corresponder en cada instante a las llamadas de Dios”.

Cristo nos pide que sepamos esperar el momento, en que se obrará ese milagro que necesitamos que se realice. Nada se gana con la desesperación, la tristeza o el desánimo. Aguardemos, con paciencia y optimismo, eso que le pedimos al Señor, tan insistentemente, y que todavía no se nos concede.

Saludos,

Departamento de Familia