La del nombre dulce. Quedan muy pocos días para que termine el mes dedicado a la Virgen. Pero esto no significa que termine nuestra devoción el 31 de mayo. Al contrario, durante el año, hay muchas fiestas dedicadas a la Madre de Jesús. Lo que sucede es que este mes, es el propicio para adquirir costumbres marianas.
Lo que más le gusta a nuestro Señor, es el rezo del Santo Rosario, una oración antigua, pero siempre nueva.
¿Lo hemos rezado en familia? O al menos, ¿con nuestra esposa o esposo? O por último, ¿solos?
Si queremos hablar con Nuestra Madre del Cielo, podemos hacerlo, ¡y todos los días!, rezando el Santo Rosario. Es el arma –que no hace daño- más eficaz que tenemos, para pedir, agradecer, alabar y adorar al Señor, por medio de su Madre Santísima.
¡Animémonos! Si no lo hemos hecho, comencemos hoy, y no paremos hasta que Dios nos llame a su lado. Allí estará la Reina del Cielo, recibiéndonos. La conoceremos; veremos su rostro, y nos contará lo feliz que fue cuando conversamos con Ella; aquellos días en que rezamos…, el Santo Rosario.
Saludos,
Departamento de Familia