Gigliola Cinquetti, en los años 70, hizo famosa la canción: “A las puertas del Cielo”. Entre sus estrofas dice: “A las puertas del cielo, al confín de los mares, cuántas veces en mis sueños, te he llevado junto a mí; he sentido tu mano, como suave caricia, y en el eco de tu risa, una nueva primavera”.
Todos los días, usted tiene la oportunidad de crear una nueva primavera en su hogar, junto a su esposa. Recuerde los mejores momentos vividos junto a ella. Cómo la conoció, la declaración de amor, las salidas, los regalos, un malentendido que parecía alejarlos, pero nuevamente las pases…, y a seguir.
En la canción se repite, en una estrofa, tres veces: “te he llevado junto a mí”. Cuando salimos al trabajo; cuando estamos en la oficina; cuando descansamos brevemente, para coger fuerzas y continuar nuestra labor…, debemos llevar en nuestra mente, en nuestro corazón, a esa mujer a la que debemos hacer feliz. Recordemos que nosotros no nos casamos “para que ella me haga feliz”, sino para satisfacerla siempre, a pesar de las desavenencias que puede traer la convivencia diaria.
“Entonces mis sueños, serán realidades, ahora sí que es cierto que yo, volaré junto a ti”, continúa en otra parte la canción. Es en los momentos simples, sencillos, cotidianos, donde el amor va creciendo. Tomarse de las manos, abrazar, dar un beso, decir con sentimiento una frase cariñosa, brindar una sonrisa… Eso lo podemos hacer, a cada instante.
Caminemos con nuestra esposa…, hasta las puertas del Cielo.
Saludos,
Departamento de Familia