Por las calles de Nazaret

Jesús y sus amigos juegan por las calles de Nazaret, con unas figuras de madera hechas por José. Son algunas, de tal forma que todos sus amigos pueden divertirse con estos objetos. María y las madres de los niños los ven correr; perseguirse los unos a los otros; caerse; llorar…

La infancia normal de Jesús…. Luego llegaría a la casa a bañarse, a vestirse, y a ver a su padre trabajando con la madera. Eran varios encargos los que le harían a José. Sillas, mesas, puertas, y quizá repararía algunos utensilios de cocina. Como era artesano, le pedirían que arregle algún desperfecto…, en fin, todo lo que un obrero puede hacer con sus manos.

De él aprendería Jesús a trabajar, a escuchar, a conversar, a vivir el día a día con optimismo, con ilusión. Luego, pasados unos años, ya sin la presencia de José, Jesús se ocuparía más de la Virgen. Imaginemos a Jesús con sus manos encallecidas; ganándose el pan con el sudor de su frente. ¿Se imaginan al Hijo de Dios fatigado de la jornada; satisfecho; entregando a tiempo la obra que se le encargó?

Al atardecer, hablando con sus amigos, riendo con ellos…, disfrutando de su compañía. Y no faltaría quien se acercara a Él para contarle sus problemas… ¡Qué consejos daría el Señor!

Luego la cena. Conversando con su madre. Acordándose de esos gratos momentos vividos con José. María volvería a mencionar lo que guardaba en su corazón. ¿Se imaginan la sonrisa de Jesús, los gestos de la Virgen?

Las calles de Nazaret, vieron al Hijo de Dios comportándose como un hombre más. Jesús sintió todo lo que nosotros sentimos; fue, en su paso por la tierra, exactamente igual a nosotros, menos en el pecado.

Jesucristo es realmente un modelo para el cristiano. Él mismo nos lo dice: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”. Y San Pablo también nos lo recuerda: “Tened los mismos sentimientos que Cristo Jesús”. ¿Entonces? …, a imitarlo: en su fidelidad; en su entrega a la oración; en su paciencia; en su humildad; en su alegría y buen humor; en su optimismo; en su generosidad…, en su capacidad para amar.

Saludos,

Departamento de Familia