Tenga confianza. Sus hijos van a cambiar, para bien. Si ahora los ve inquietos, molestosos, rebeldes…, confíe…, van a cambiar. Pero analice. Tal vez usted nos les ha dedicado el tiempo que sus hijos necesitan. No se trata de darles lo que nos sobra de tiempo; se trata de darles el mejor tiempo del día, que, no nos engañemos, no es el tiempo que nos sobra.
Darles ejemplo. Si usted les da buen ejemplo, ellos caminarán por la ruta que los lleve a la felicidad. Quizá se desvíen del camino, pero, ¿quién no se ha desviado del camino? Que lo vean activo, servicial, queriendo a su esposa, teniendo detalles. Nunca se olvide de los detalles. Estos hacen, la gran diferencia.
Y rece, por favor, rece. No hay nada que impresione más a los hijos, que ver a su papá de rodillas. Y a las mamás, pidan todos los días a la Virgen por sus hijos. Si hay alguna actividad que se realice en alguna Iglesia, para pedir por los hijos, anótese. Vaya el día que han señalado, para efectuar esta actividad.
Bueno, tenga fe. No hay monstruos. En su casa no hay monstruos. Quizá se disfracen de monstruos, pero no lo son. Si usted les saca el disfraz, se encontrará almas…, hechas a imagen y semejanza de Dios.
Saludos,
Departamento de Familia