Relación Familia – Escuela. Necesidad imperante en la educación actual.

Relación Familia – Escuela. Necesidad imperante en la educación actual.

El autor Simón (2013) expresa que la relación necesaria a existir entre escuela y familia debe constituirse con principios netamente colaborativos en función de una alianza o sociedad vinculada entre todos los actores que se relacionan dentro del proceso de aprendizaje, quienes serán autores y responsables del aprendizaje tanto dentro de la escuela como de la familia.

Corresponsabilidad educativa de escuela-familia

El autor Epstein (2011) determina que la relación entre ambas instituciones debe comprenderse como una co-construción, en tanto las dos comparten la responsabilidad de la educación que reciben los niños, por ende, se plantea que estas instituciones se ayudan entre sí a construir, reforzar y afianzar el conocimiento que los niños reciben, en las distintas aristas de la educación.

Dentro del mismo modelo, Epstein (2011) hace mención que el trabajo de la familia y escuela en la educación de los niños, debe tratarse de una estrategia en la cual se superpongan ambas instituciones, dando como resultado una educación conectada e integral.

Es así como se expresa que la correlación consiste en que la escuela establezca objetivos académicos a ser alcanzados en cada estudiante, estableciendo las estrategias de vinculación parental; la familia debe tener la responsabilidad y disposición de cumplir con tales objetivos y estrategias, permitiendo así que los niños afiancen en casa el conocimiento impartido en clase (Epstein, 2011).

Evidentemente, el nexo de encuentro entre padres y docentes corresponde a los hijos, y el lugar donde tal acción se efectúa es la escuela, por consiguiente, es necesario visualizar a la escuela como un conjunto integrado, cuya función es la de formar seres humanos en participación social, con bases en cultura, valores y principios de conocimiento general, para lo cual es preciso que la escuela demuestre a los padres que, sin la vinculación de la familia, el procedimiento y desarrollo global de la educación se ve limitado a las horas de clase (Turnbull, Turnbull, & Soodak, 2008).

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2016) plantea tres motivos que fundamentan la importancia de un trabajo colaborativo entre padres y maestros, los cuales se expresan a continuación:

  • Los padres son los primeros maestros de todo niño.
  • La educación temprana en la familia produce un impacto que repercute en cómo los niños se desenvolverán en las escuelas.
  • La familia se configura como un espacio en el cual el niño puede ampliar, reforzar, reinterpretar y desarrollar lo aprendido en las escuelas.

Las autoras Goodall y Montgomery (2016) establecen que la correlación familia-escuela corresponde a un compromiso al que debe acceder la familia, permitiendo que la escuela pueda tomar decisiones que podrían modificar el nexo familiar, así como imponer horarios a los cuales los padres deberán someterse, respetar y cumplir, explican que el rol parental en la educación requiere de un compromiso mayor a solo un ligero involucramiento. Presentan diferentes actitudes que los padres pueden asumir ante la educación de sus hijos:

  1. Padres de involucramiento básico: Relación habitual a la que se está acostumbrado, los padres dejan y esperan que todo el proceso educativo sea cubierto por la escuela; los padres se limitan a apoyar con su presencia.
  2. Padres se involucran con el conocimiento: Los padres se interesan por la parte académica de sus hijos; se acercan a la escuela para conocer el avance de sus hijos; el padre presenta un interés mayor y aporte involucrado hacia las actividades de la escuela.
  3. Padres mantienen una correlación con el aprendizaje de los hijos en la escuela: En esta relación se otorga el protagonismo al desarrollo global de los niños; padres y maestros mantienen relación bidireccional en la toma de decisiones y comparten acciones.

Por su parte Keyser (2006) refiere que es responsabilidad de los centros educativos el diseñar sus estrategias y metodologías de estudio, teniendo como base la educación correlacionada con las familias, el autor plantea cinco principios claves que los educadores deben conocer y aplicar:

  1. Respeto al conocimiento y experiencia. – Los docentes deben tener claro que son los padres quienes mejor conocen a sus estudiantes, por eso el apoyo que estos brinden durante el   proceso   de    enseñanza-aprendizaje   es    de    vital    importancia, para un desarrollo óptimo y eficiente; por otro lado, el padre de familia debe mantener el respeto ante la experiencia de los docentes en su trabajo (Keyser, 2006).
  2. Comunicación de la información. – Es necesario que los docentes compartan sus experiencias con los estudiantes, con sus respectivos padres, para que de esta forma conozcan la manera de llegar a sus hijos en el ámbito educativo, de igual forma es vital que los padres puedan compartir toda inquietud con los docentes (Keyser, 2006).
  3. Compartir las decisiones. – Tanto docentes como padres pueden compartir la toma de decisiones sobre ámbitos ligados a la educación de los estudiantes, con la finalidad de que exista apoyo mutuo en beneficio del aprendizaje de los niños (Keyser, 2006).
  4. Diversidad.– Se precisa no sólo reconocer sino también respetar la individualidad de cada uno de los actores que intervienen en el proceso de aprendizaje de los estudiantes, los padres han de respetar las estructuras y organización de los docentes, así como estos deben mantener la noción de que cada familia es diferente (Keyser, 2006).
  5. Red de apoyo. – Generar canales de comunicación, en donde tanto los maestros busquen apoyo en el proceso educativo de los estudiantes, en los padres de familia, así como los padres de familia puedan acercarse con libertad a los docentes en busca de guía y apoyo (Keyser, 2006).

 

Se establece que, dentro de la correlación entre familia y escuela, los autores presentados concuerdan en que las bases de una buena relación residen en el respeto que ambas instituciones deben mostrarse mutuamente, el tener un plan o estrategia previamente acordado y que, en lo posible, que el mismo sea personalizado.

 

Referencias bibliográficas 

Epstein, J. (2011). School, family and community partnerships. New York: Westview press.
Goodall, J., & Montgomery, C. (2016). Parental involvement to parental engagement: a continuum. Educational Review, 339-410.
Keyser, j. (2006). From parents to partners. bulding a family-centered early childhood program . ST Paul, Canada: Redleaf Press.
Simón, C. (2013). Las familias ante la inclusión educativa: de la incertidumbre a la implicación. Sevilla: Eduforma.