Algunas veces, emitimos comentarios que ocasionan incomodidad al interior del hogar. Son palabras que soltamos, al calor de un disgusto o de no haber entendido bien lo que se quiso decir.
Ante esto, lo primero es calmarse, y analizar objetivamente lo que ocasionó que nos enojáramos. Y nos daremos cuenta que fuimos injustos con nuestras apreciaciones. Que no pensamos antes de hablar. Que la persona a quien le hablamos mal, es alguien con la que compartimos nuestra vida.
Y entonces, hay que actuar. Pedir perdón. Disculparse por esos comentarios inadecuados que hicimos. Tenemos que acostumbrarnos siempre, a pedir perdón por las ofensas que hemos causado. Y hacer el firme propósito de no volver a ofender. De pensar antes de hablar.
En estos últimos días que faltan para que se termine el mes del Rosario, recémoslo, todos los días si es posible, encomendando a nuestra familia, para que todo sea armonía al interior de nuestro hogar.
¿Comentarios inadecuados?… Disculpas que son necesarias.
Saludos,
Departamento de Familia