La generación de basura es un gran problema que enfrenta la sociedad, ya que afecta al ambiente y, por lo tanto, a nuestra comunidad. El mal tratamiento de la basura y su masiva cantidad, generan enfermedades y contaminación. La basura proviene de domicilios e industrias; su acumulación altera el ciclo natural. La solución está en una práctica bastante difundida, pero poco arraigada: reciclar.
La cultura del reciclaje sintetiza el reto al que nos enfrentamos ante la problemática del tratamiento y la eliminación de los residuos generados en nuestra vida cotidiana. Reciclar define el proceso de darle un nuevo uso a la basura; este reciclaje tiene fines que van desde los energéticos (como la combustión de basura para centrales eléctricas y el desprendimiento de gas natural, producto de la descomposición de elementos) hasta la reutilización de la materia en la elaboración de distintos o nuevos productos.
Nuestra contribución al reciclaje es imprescindible. Este proceso, que empieza por la clasificación de la basura, requiere de varias horas de extenuante trabajo por parte de los empleados de una compañía, tiempo que puede ser optimizado si nos proponemos una tarea sencilla: escoger en qué tacho botar la botella. Cabe anotar que 14 millones de personas que toman un segundo para esta elección, son más efectivas que tres mil trabajando ocho horas diarias para separar y clasificar los desperdicios.
Para acostumbrar a la comunidad a una actividad específica se debe lograr que esta conozca qué está haciendo (en temas de reciclaje), por qué lo haría y cómo hacerlo. Correr la voz, es una buena forma de hacerlo, y más si es a través de los círculos más cercanos: si les dicen a sus padres y hermanos sobre la importancia de reciclar, y estos se dan cuenta de que es una buena costumbre, ellos lo dirán a más personas, lo que incrementaría potencialmente la red de reciclado.
Un buen comienzo también sería ofrecer charlas grupales con la ayuda de los directivos de los colegios, donde el objetivo sería llegar a centenares de jóvenes. Otra forma muy efectiva de ayudar, es tener diferentes tipos de tachos de basura en sus hogares ¿qué tal si en vez de botar todos los desechos en un mismo tacho se los selecciona? En otros países, esta es una práctica común donde los camiones recolectores pasan encargándose de tipos de basura, fomentando así una cultura más organizada.
Este sencillo gesto de separar la basura, convertido en costumbre con el tiempo, es el primer paso a una sociedad más consciente ambientalmente hablando. Una forma eficaz de fomentar el reciclaje es dando incentivos por este y, a pesar de que en ocasiones funciona, lo correcto sería que cada uno de nosotros lo realice por voluntad propia. En nuestra moral debería priorizarse el reciclaje, necesario para la naturaleza y para el hombre como especie, quien innecesariamente ensucia el planeta (su hogar grande), dando paso a una serie de consecuencias a mediano y largo plazo.
Recuerden que nosotros llegaremos a ser el presente de la sociedad futura, por lo que desde ahora debemos trabajar en un estilo de vida más sano, guiar a la comunidad hacia un rumbo ordenado y consciente de las repercusiones de nuestras acciones en el planeta.
Por Hans Noritz
2do de Bachillerato
Club de Periodismo y Debate