El bullying o acoso escolar es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares. A nivel mundial, hay muchos casos que afectan el presente y futuro de miles de niños. Como todo problema, hay casos más serios que otros: los que son de bajos niveles, es decir, el mutuo acoso entre compañeros; y los que son de altos niveles, aquellos que afectan a la víctima en escalas muy fuertes hasta el punto de llegar a la depresión y el suicidio.
En España, una niña de 14 años todos los días recibía sobrenombres en su escuela, se burlaban de su aspecto físico, le decían que le faltaba inteligencia, que nadie la quería, entre otros vejámenes. Era acosada por dos niñas de su clase, quienes -incluso- llegaron al punto de crear cuentas en varias redes sociales solo para continuar burlándose de ella y agredirla. Esta adolescente no resistió más, y acabó con su corta vida al lanzarse por un acantilado.
¿Y si este caso lo hubiese sufrido un ser amado? ¿Esperaríamos a que “alguien más” solucione este problema? Seamos realistas, si no cambiamos de actitud, esto continuará sucediendo y tarde temprano la persona afectada será alguien cercano a nosotros. Por ello debemos actuar. Los invito a que la próxima vez que observemos o escuchemos de un caso de alguien a quien acosan, hagamos algo para mejorar su situación, conversar con esta persona, ofrecerle una mano amiga porque -aunque suene exagerado para muchos- podemos estar salvando una vida.
Unámonos en la lucha contra el bullying, esto afecta a todos sin importar la edad, sean niños, jóvenes o adultos. Trabajemos en ser mejores personas, evitemos las ofensas y hagamos de éste un mundo mejor.
Juan Pablo Vélez
Segundo de Bachillerato
Club de Periodismo y Debate