UN BUEN DEPORTISTA DENTRO Y FUERA DE LA CAMPO

UN BUEN DEPORTISTA DENTRO Y FUERA DE LA CAMPO

El golf sigue brindando satisfacciones a la familia de Torremar. Esta vez con el gran performance mostrado por nuestro estudiante Carlos Andrade Coello, de tercero de Bachillerato, quien se presenta como uno de los jóvenes golfistas más destacados del ranking nacional y con altas proyecciones de crecimiento en un futuro inmediato.

Carlitos, como le dicen sus familiares y amigos, obtuvo el segundo lugar en la categoría 17 años del Torneo Internacional XVII Copa Enrique Santos Córdova 2015, que semanas atrás se llevó a cabo en Guayaquil Country Club, uno de los más importantes logros que ha obtenido en esta actividad producto de su esfuerzo y disciplina.

Para ser el mejor hay que sacrificarse, y eso Carlitos lo sabe bien. No tiene muchos días para descansar ni relajarse durante la semana, y a veces se queda sin asistir a eventos sociales propios de un chico de su edad. Tres veces a la semana realiza trabajo focalizado en el gimnasio, los otros cuatro días practica golf, especialmente los miércoles y domingos de forma intensiva siempre bajo la guía de su entrenador: el experimentado golfista ecuatoriano Rafael Ponce Orcés.

El deporte ha estado presente en todo momento en su vida. Siempre mostró buenas aptitudes para el fútbol, tenis y béisbol; sin embrago, su pasión por el golf la despertó su abuelo paterno, cuando allá por el 2010 le pidió que lo acompañe al Driving Range, ya que pensó que como tenía la habilidad para otros deportes, todavía tenía edad para aprender otro y lo inscribió en esa academia.

La perseverancia y pasión por el juego es su impronta, pero el verdadero aporte del golf a su personalidad ha sido en su carácter: tiene mayor poder de control de sí mismo y en la puntualidad. “Carlitos se caracteriza por ser un buen deportista dentro y fuera de la cancha, es una persona muy responsable y un caballero, así me lo dicen las mamás de los otros jugadores. Yo me alegro por esos elogios, puesto que hablan bien de él no sólo como deportista sino como persona (…) Tratamos de apoyarlo al cien por ciento y de no perdemos ninguno de sus juegos, especialmente cuando juega en Guayaquil. Lo seguimos en familia los 18 hoyos. Este torneo fue la excepción, porque estaba muy nerviosa y no quería que sintiera mis nervios”, resalta Verónica Coello de Andrade, su madre.

Las aspiraciones de nuestro alumno al terminar sus estudios en Torremar, es que el golf le permita alcanzar una beca en una universidad extranjera. Su anhelo es ser un profesional, continuar practicando este deporte y seguir en la alta competición junto a los mejores.

Estamos seguros que lo logrará.

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