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Esfuércense por entrar por la puerta angosta

Alguien le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvarán? Jesús les respondió: “Esfuércense por entrar por la puerta angosta, porque yo les digo que muchos tratarán de entrar y no lo lograrán…”

Jesús contrasta dos caminos de vida usando las metáforas de la “puerta estrecha” y la “puerta ancha”. Entrar por la puerta estrecha significa elegir un camino de vida que requiere esfuerzo, sacrificio y humildad.

Jesús no quiere asustarnos, sino invitarnos a transitar por un camino de esperanza, confiando el Él y en la belleza que nos espera en el Cielo, una belleza que ya desde este momento podemos comenzar a vivir.  Quiere que estemos seguros que vale la pena luchar. La esperanza en la vida eterna nos da la fuerza que necesitamos para vivir siempre en presencia de Dios.

Muchas veces asociamos el mal camino solamente con la corrupción y el libertinaje, pero Jesús plantea algo diferente en el Sermón del Monte. Pasar por la puerta estrecha tiene relación con nuestra forma de vida, con lo que hay realmente en el corazón.

Cuando elegimos la fidelidad y cuidamos nuestro amor entre esposos; cuando trabajamos con honestidad y somos responsables en el cumplimiento de nuestras tareas; cuando educamos a nuestros hijos con paciencia y cariño; cuando defendemos la vida y la dignidad de los demás, estamos pasando por la puerta angosta. Pasar por ella no es cómodo y muchas veces cuesta, pero es el camino hacia la plenitud y la verdadera alegría.

Con esa esperanza viva en mente, podemos elegir la puerta estrecha sin desanimarnos. El apóstol Pablo tenía esto presente cuando escribió: «Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada».

Departamento de Familia