Un día más. Otra oportunidad que nos da el Señor para engrandecer su Reino, con nuestras actividades ordinarias de cada día. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.
Y qué bueno, comenzar el día con el Ofrecimiento de obras, con una oración que nos comprometa a realizar bien nuestras tareas, por amor a Dios y al prójimo.
Y en esa oración, que no falte encomendar mucho a nuestra familia; a nuestros compañeros de trabajo; a nuestros amigos y también a quienes no conocemos, pero con los que juntos compartimos el sendero que nos lleva a servir a los demás.
Si nos levantamos preocupados, o un poco disgustados, cambiemos nuestra actitud. Pensemos que el Señor nos quiere alegres, en paz; con los sentidos dispuestos a escuchar su voz que nos alienta a seguir ese plan de vida que nos tiene trazado desde la eternidad.
Hoy es nuestro día, no mañana ni la próxima semana. Hoy tanta gente espera que lleguemos con una sonrisa, con un buen apretón de manos, con un abrazo, con una palabra de aliento,…con un saludo.
Que vivamos este día con entusiasmo y optimismo, pues sólo el hecho de continuar viviendo, debe ser motivo para agradecerle a Dios por habernos permitido seguir disfrutando de nuestros seres queridos, que también se regocijan por tenernos junto a ellos.
Saludos,
Departamento de Familia