Seguramente, hemos escuchado muchas veces, que la juventud es la esperanza del mañana, que son los encargados de cambiar este mundo de violencia, dolor y pobreza, en uno lleno de paz y oportunidades para todos. Es verdad, pero el mundo lo hacemos todos, por lo tanto, todos somos responsables.
¿Qué podemos hacer nosotros para mejorar nuestro ambiente? El cambio comienza en nuestro mundo interior. Si cambiamos nosotros, cambia el mundo. Las grandes transformaciones empiezan en nosotros mismos. Podríamos comenzar por nuestras actitudes, nuestra forma de responder cuando algo no nos gusta o modelando nuestros pensamientos, para que sean más positivos, gratos y generosos.
Así también, nuestro buen ejemplo, provoca un impacto en el mundo que nos rodea, podemos lograr grandes cambios con solo ser una guía para los demás, siendo más amables y solidarios.
Contribuimos al cambio si somos más empáticos, escuchamos y resolvemos los conflictos cotidianos con respeto y comprensión, así, creamos un ambiente de paz y motivamos a otros a que se esfuercen por hacer lo mismo.
El cambio no siempre tiene que ser inmediato. A veces los pequeños pasos son los más poderosos. No esperemos a que el mundo cambie primero. El poder está en nuestras manos. “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. No olvides que cada pequeño acto cuenta.
Departamento de Familia