Las tierras que hoy son de Siria han sido siempre un punto estratégico para muchas naciones, ya sea desde lo geográfico o económico, incluso este interés se remonta a mucho tiempo antes de nuestra era.
Debemos recordar a Mesopotamia, una de las primeras civilizaciones del mundo que fue conquistada por Acadia, Asiria, Babilonia y anexada al imperio persa, hasta que Alejandro Magno se apoderó de ese territorio; luego, en el año 64 AC, Pompeyo hizo de esta región provincia romana y una parte de ella pasó a ser del imperio Bizantino, que después (634 DC) fue conquistada por los musulmanes. Los turcos otomanos retuvieron el territorio hasta la Primera Guerra Mundial, que Inglaterra y Francia repartieron en pequeños países como Siria, Turquía, Arabia, Jordania, Palestina e Irak, haciendo de estos, protectorados.
Aunque al finalizar la Segunda Guerra Mundial se decidió conceder la independencia a los países de la región, no todo quedo ahí. La importancia de ser un principal productor de petróleo en el mundo, en pleno Medio Oriente, tomó gran valor en la Guerra Fría.
Posteriormente, se generó algo llamado la Primavera Árabe, que hace referencia a una serie de rebeliones que se fueron propagando por el Medio Oriente, comenzando con Túnez y luego Egipto, en las que se derrocaron a los respectivos gobiernos. No obstante, en el territorio sirio su régimen se negó a abandonar el Poder, lo que causó que cada parte del país (grupos religiosos, políticos, opositores) se armara y se produjera una guerra civil.
A partir de esto se generó el último gran conflicto: las guerras religiosas que prevalecen hasta la actualidad (recordemos que en Siria hay cristianos, judíos y musulmanes). El grupo terrorista Estado Islámico pretende gobernar todos los territorios donde la única religión sea el Islam y formar un gran califato en el cual, quien no profese su fe religiosa, tenga morir.
Como podemos constatar, el territorio de Siria siempre ha sido objeto de guerras y ahora está sufriendo las consecuencias histórico-geográficas agravadas por razones económicas y políticas, tanto de las guerras como de la pertenencia del petróleo. Es hora de que las Naciones Unidas, con el “Grupo de los Ocho” (los países con las economías más industrializadas), encuentren una solución adecuada al momento que vive Siria para terminar con el terrorismo y darle paz y libertad a su pueblo, que tanto lo merece.
Por Miljenko Cindrich
Primero de Bachillerato
Club de Periodismo y Debate