Contacto. Con… tacto. Está claro, ¿verdad?… Tocar. Que nuestros seres queridos reciban un abrazo sincero, un apretón de manos, un beso tierno.
Que palpen la cercanía de nuestro ser, unido al de ellos.
Qué importante es sentir la calidez que podemos dar, cuando nos proponemos sacar de nosotros todo el afecto que somos capaces de ofrecer.
No pensemos que estamos vacíos, y no tenemos mucho que entregar.
Siempre hay algo que brindar: una sonrisa, un gesto, una palabra… pero sobre todo… la íntima expresión del contacto corporal con los demás.
Saludos,
Departamento de Familia