Dar por hecho, que el otro sabe que lo amo, ¡qué equivocación! Cuando amamos debemos hacerlo saber. De repente, no nos hemos puesto a pensar, cuántos necesitan saber que cuentan con nosotros, con nuestro aprecio, con nuestra admiración. De pronto, el otro necesita saberlo, porque se siente solo, porque quiere compartir con alguien sus preocupaciones y sus alegrías.
Cada instante de nuestras vidas, se convertirían en momentos inolvidables, en experiencias que nos enriquecen, y que hacen que nuestro corazón, no pueda más, que llenarse de verdadera alegría y gratitud.
Alguien está necesitando que lo amemos, que le demostremos nuestro amor: con servicios, con palabras, con caricias, con tiempo compartido, con pequeños regalos. Pensemos, qué le vendrá bien: a nuestro hijo, a nuestra esposa, a nuestra madre, a nuestro amigo.
En fin, solamente es cuestión de mirar con el corazón a quienes están a nuestro alrededor, seguro cada vez será más fácil descubrir a este otro, que a gritos nos pide que estemos con él.
Saludos,
Departamento de Familia