Todo en la vida se toma su tiempo y debemos aprender a esperar con paciencia, a utilizarlo bien, a valorarlo. ¿Qué hacemos con nuestro tiempo? ¿Con quién lo compartimos? ¿Qué esperamos de él? El tiempo pasa y no podemos evitarlo. Nuestros hijos crecen, nosotros envejecemos. Pero sí podemos decidir en qué invertirlo, cómo vivirlo, con quién compartirlo.
Siempre se aprende algo, cada instante se convierte en una experiencia que nos transforma, que nos hace mejores. Lo que parece lejano, lo tan esperado, un día llegará. Lo que sembramos, dará frutos. Nuestras luchas se convertirán en sueños hechos realidad. Las heridas se irán curando. Lo que tanto hemos buscado lo encontraremos.
El tiempo no tiene la culpa de los nos pasa. Si llegamos tarde, si no lo aprovechamos con las personas que amamos, si no abrimos nuestro corazón, si no pedimos perdón, si no luchamos por lo que queremos. “Duele. Duele un montón. Pero va a pasar, y cuando sane, más fuerte vas a brillar, más alto vas a volar, más libre vas a soñar. Y vas a entender, que algunas historias terminan, para que otras mejores puedan empezar.” (El principito)
Saludos,
Departamento de Familia