¿Por qué OPTAR por una Educación Diferenciada?

¿Por qué OPTAR por una Educación Diferenciada?

Hay aspectos genéticos que nos diferencian…

La ciencia nos dice que desde la concepción misma del ser humano, cuando el óvulo femenino es fecundado por el espermatozoide, ya es un ser sexuado. Lo que define esta cualidad es la composición cromosómica.
Mientras la mujer aporta en la concepción de un nuevo ser, los cromosomas denominados XX , el hombre aporta una dualidad de cromosomas: X y Y. Es el varón entonces, el que aporta la diferenciación sexual: Si aporta un cromosoma Y engendra un varón, y si aporta un cromosoma X engendra una mujer.

 

¿Por qué optar por la educación diferenciada?

También hay aspectos hormonales…

Según algunos estudios, la persona tiene una identidad que se determina hacia la sexta semana de gestación, como resultado de la acción de grandes cantidades de hormonas que orientan de modo diferente la formación de los cerebros masculino y femenino. Algunas investigaciones sobre diferencias de sexo han identificado el ambiente hormonal de los fetos en el vientre materno como un factor que explica las diferencias entre el comportamiento masculino y el femenino. Y los neurocientíficos han encontrado que los hombres tienen menos conexiones entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro, estando en general los cerebros de los hombres más compartimentados que los de las mujeres.

¿Y qué decir de los anatómicos?…

La diferencia más específica, se tiene en los órganos genitales propiamente tales. En el hombre: el pene, el escroto con testículos, los canales deferentes, la próstata y, en la mujer: el clítoris, la vulva, la trompa de Falopio con los ovarios y el útero.
Cuando se llega a la pubertad, comienza una abundante secreción hormonal de tipo hipofisario, que impulsa al organismo hacia la maduración sexual. Las glándulas entran en actividad. Sus secreciones originan un auténtica metamorfosis: el cuerpo entero del adolescente, adquiere progresivamente las características sexuales secundarias.
La mujer adquiere una pelvis amplia, como preparación previa a la maternidad. Sus huesos se hacen más gráciles, las espaldas estrechas, adquiere vellosidad en el pubis, un tono de voz agudo, se le desarrollan los senos, se le afina la piel, etc.
El hombre adquiere huesos más rudos, voz más gruesa, vellosidad en todo el cuerpo, barba, espaldas anchas, etc.

Pero también hay aspectos psicofisiológicos…

La manera original de cada sexo se funda en la estructura fisiológica diferenciada. Cuando un hombre o una mujer ha madurado sexualmente, encarna los valores y modalidades propias de su sexo, evidente en una medida propia, en cada uno. Con toda razón, se puede hablar de un condicionamiento psicológico, que lo define como varonil o como femenino, y que es proveniente de ese fundamento fisiológico.
Podemos decir entonces, que el hombre y la mujer poseen maneras diferentes de pensar, de hacer uso de sus voluntades y de sentir. Igualmente, a partir de esas diferencias fundamentales, llegan a poseer diferentes actitudes, acentuación original de cualidades, y defectos característicos de cada sexo; formas diversas de integrarse en la sociedad y de ofrecer sus aportes personales.

Y psicosociales…

Aquí no nos referimos solamente al impulso ciego que define a cada uno en su sexo, sino a la conciencia que adquiere cada uno acerca de su identidad sexual.
Dentro del ámbito de esta ubicación sexual juega un rol muy importante la identificación con los progenitores, padre y madre.
Cada persona recibe sus modelos de forma vivencial, a través de sus experiencias familiares y de su inserción social en la escuela, el barrio, la parentela, y tiende naturalmente a identificarse y ubicarse socialmente según su sexo.¿Porqué optar por una educación diferenciada 2?
Un proceso de vida para ser plenamente humano, tiene que estar iluminado por la luz de la razón, de tal manera que se motive la libertad que orienta las acciones hacia una finalidad conocida y aceptada libremente.
Las diferencias entre varón y mujer constituyen un hecho psicológico firme, y cada vez son mayores las investigaciones que señalan que la coeducación encuentra dificultades para proporcionar la adecuada atención a las necesidades educativas específicas de las y los adolescentes, y al desarrollo personal de las cualidades de la masculinidad y de la feminidad, que no pueden ignorarse si se desea ofrecer a los alumnos una educación que desarrolle armónicamente su personalidad.

El rendimiento académico, la maduración personal y el desarrollo de la responsabilidad social, es diferente, en la edad escolar y en los estudios de secundaria…

¿Y qué dicen las investigaciones?…

Un reciente estudio de investigación en Francia, muestra que después de 3 décadas de predominio de la educación mixta, la coeducación no ha conseguido ni asegurar la igualdad de sexos, ni la de oportunidades (M. Fize: Les piéges de la mixité. Presses de la Renaissance. París, 2003).

El “Financial Times” publica cada mes, en agosto, los resultados de las “Top independent schools” de Gran Bretaña: desde hace años, las 25 escuelas que obtienen los mejores resultados son de enseñanza diferenciada. La primera escuela mixta recién aparece en el puesto 26.

En Inglaterra y Gales, en el curso 2001-2002, los resultados correspondientes a las pruebas del General Certificate of Secundary School – que se realiza al término de la enseñanza obligatoria- , señalaba que de los 20 mejores colegios públicos y privados, 13 son de educación separada. En el caso de los colegios públicos, 6 de los 10 mejores colegios no son mixtos.

En un estudio realizado por Lee y Brik, a partir de una muestra de 1.807 alumnos, de 75 escuelas de Secundaria en Estados Unidos, los estudiantes de escuelas con enseñanza separada obtenían un mayor rendimiento académico y aspiraciones profesionales más altas (“Journal of Educational Psychology”: “Effects of single-sex secondary schools on student achievement and attitudes” , 1986).

Un estudio de la National Foundation for Educational Research de Inglaterra, que fue comisionada para evaluar los efectos del tamaño y del tipo de escuela en la eficiencia académica, estudió casi 3.000 high schools de Inglaterra y un total de 370.00 alumnos y alumnas. En su informe, publicado en julio de 2002, señala que el rendimiento académico de las muchachas y los muchachos de las escuelas secundarias públicas de un solo sexo, eran significativamente mejores.

Un año antes, en 2001, el Australian Council for Educational Research, realizó otro estudio que comparaba resultados de escuelas diferenciadas por sexo y coeducacionales, después de seguir la evolución de 270.000 estudiantes durante seis años. El informe mostraba que los alumnos y alumnas educados en aulas de un solo sexo, habían obtenido resultados académicos entre un 15 y un 22% mejores que los que frecuentaban escuelas mixtas. Por otra parte, señalaba que era más exigente el nivel del plan de estudios, más agradable el ambiente de trabajo y mejor el comportamiento de los alumnos.

La conducta de los chicos en clases mixtas suele ser más agresiva y egoísta que en clases separadas, porque los chicos tratan de impresionar a sus compañeras, acaparando la atención de los profesores con interrupciones o faltas de disciplina. El fracaso escolar de muchos varones dificulta la convivencia entre los sexos, lleva a algunos a tomar actitudes de violencia machista, y a reforzar los estereotipos de sexo, al no poder compararse académicamente con sus compañeras. Según Nicole Mosconi, profesor de pedagogía (París-Nanterre), estos estereotipos quedan reforzados en la escuela mixta (N. Mosconi: “Le Monde de l’Education, Enero de 2003).

Otro estudio revela que, cuando las chicas se encuentran en un ambiente predominantemente femenino (porque no hay chicos en el aula, y es alto el porcentaje de profesorado de su mismo sexo) “hay una aceptación sin palabras de las normas femeninas y de sus consecuencias”, entre las que destaca la facilidad para mostrar afecto y compasión (C. Shmurak: “Voices of hope: Adolescents girls at single sex and coeducational schools, New York, 1998).

El psquiatra Kraemer ha sacado a la luz recientemente un concepto que hasta ahora parecía aplicarse sólo a las mujeres: la vulnerabilidad masculina, como explicación de los fracasos en el aprendizaje que muchos alumnos sufren en las escuelas coeducativas norteamericanas. La necesidad de comunicar sus necesidades emocionales de un modo apropiado y mantener relaciones de amistad auténticas, combinando su agresividad física con su vulnerabilidad emocional, está siendo objeto de estudio por neurólogos (“British Medical Journal: “The fragile male”, 2000).

¿Porqué optar por una educación diferenciada?

Si usted desea que su hija y su hijo cultiven las cualidades propias de su particular forma de ser, mujer y varón…

Si usted entiende que el hombre y la mujer poseen ritmos diferentes de maduración y aprendizaje, y que esa diversidad ha de ser respetada…

Si usted comprende que la coeducación está menos preparada para respetar unas exigencias propias del modo de ser femenino y masculino, ya que una auténtica igualdad de oportunidades exige una pedagogía diferenciada, atenta a cada caso particular…

No lo dude…

¡La Educación diferenciada, es la mejor opción!

Autor: Dr. Mario Monteverde.