Que los ejemplos a imitar en un hogar, sean siempre los que dan sus padres. Papás y mamás laboriosos, leales, responsables, honestos. Papás y mamás que rezan. Para un niño, uno de los mejores recuerdos que grabará en su espíritu, es ver a su padre arrodillado, sea en una iglesia o en la casa, orando con sus hijos antes de acostarse a dormir.
La alegría y el optimismo, junto con la serenidad, son actitudes positivas que tomamos ante la vida, aunque estemos pasando por situaciones difíciles y dolorosas. Esto lo ven los hijos, y lo incorporan a sus vidas, haciéndolos más seguros de sí mismos.
Los ejemplos a imitar, también los encontramos en aquellos hombres y mujeres que han convertido su vida, en servicio a los demás; ya sean santos de altar, o personas que pasan por el mundo haciendo el bien, en diferentes actividades.
Como vemos, nuestros hijos tienen muchos modelos, pero sin duda, los más cercanos son los que brindan sus padres. Esforcémonos por convertir nuestra vida, en el espejo en que nuestros hijos se ven reflejados.
Saludos,
Departamento de Familia