El tiempo es un gran regalo, no sabemos cuánto tiempo tendremos para estar juntos, es por eso, que debemos apreciar y aprovechar cada instante, convirtiendo los pequeños y sencillos momentos de nuestra vida, en recuerdos duraderos que nos llenen de gratitud y nos hagan felices.
Estamos tan ocupados con el trabajo y un sinnúmero de ocupaciones, que olvidamos lo importante que es compartir en familia; corremos el riesgo de perdernos momentos valiosos que nunca podremos recuperar. Nuestros hijos van creciendo y nosotros envejecemos, todo va cambiando, es por eso, que cada instante, es un momento único y especial.
No necesitamos de grandes acontecimientos, fiestas o viajes costosos; la vida cotidiana, está llena de detalles que nos une y nos ayuda a fortalecer los vínculos familiares: esas conversaciones después de la comida o antes de dormir, cocinar juntos, una tarde de juegos, un paseo por el parque o una salida a caminar. Lo que importa es estar realmente presentes, no solo uno a lado del otro.
El tiempo en familia no solo nos llena de recuerdos, sino que nos hace crecer juntos. Cada conversación nos une, cada momento difícil nos enseña y todo lo compartido fortalece los lazos de amor.
No guardemos ningún te amo, ni abrazos, ni miradas, ni sonrisas, ni conversaciones; no las dejemos para “más tarde”, pues no sabemos si tendremos tiempo. El momento de compartir con los seres que amamos, es hoy. Aprender a estar presentes es un verdadero acto de amor. El tiempo en familia no tiene precio.
Departamento de Familia