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Este miércoles 18, se vota en la Asamblea Nacional, por la despenalización o no, del aborto. Es un tema de mucha trascendencia, porque lo que se va a decidir no es algo sin importancia. Se está decidiendo sobre la vida de un ser humano que es tal, desde el momento mismo de la concepción.

A las dos semanas se inicia el desarrollo del sistema nervioso. A las tres semanas de vida empieza a diferenciarse el cerebro, aparecen esbozos de lo que serán las piernas y los brazos, y el corazón inicia sus latidos. A las cuatro semanas ya empiezan a formarse los ojos. A las seis semanas la cabeza tiene su forma casi definitiva, el cerebro está muy desarrollado, comienzan a formarse manos y pies, y muy pronto aparecerán las huellas dactilares, las que tendrá toda su vida.

A las ocho semanas, el estómago comienza la secreción gástrica; aparecen las uñas. A las nueve semanas se perfecciona el funcionamiento del sistema nervioso: reacciona a los estímulos y detecta sabores, pues se ha comprobado que si se endulza el líquido amniótico -en el que vive nadando dentro del vientre materno- ingiere más, mientras que si se sala o se acidula, lo rechaza. A las once semanas ya se chupa el dedo, lo que puede verse perfectamente en una ecografía.

La mayor parte de los órganos están completamente formados al final de la duodécima semana, y casi todos ellos funcionarán ya en la segunda mitad de la vida intrauterina.

No hay manera de manifestar, que lo que está dentro del útero de la madre, no es un ser humano. Pero aunque parece lógico aceptar que se trata de una vida humana, muchas personas no lo entienden, o no quieren entenderlo, por alguna conveniencia. Nuestros hijos deben comprender que la vida humana debe defendérsela, desde el mismo instante de la concepción.

Encomendemos esta votación a la Madre de Dios, María Santísima, cuya advocación, bajo el nombre de Virgen de los Dolores, la celebramos ayer, 15 de septiembre.

Saludos,  

Departamento de Familia