Gracias

En ocasiones tomamos decisiones, sin imaginar lo que puede significar para la otra persona. Más allá de los beneficios materiales que recibamos, está un gesto, un deseo, una preocupación que logra que nuestros corazones se llenen de gratitud. Ese pensar en el otro, en lo que necesita, en lo que puede hacerle feliz, dice mucho de quién lo observa y actúa en consecuencia.

¿Cómo agradecer? Disfrutando de esos regalos; haciendo buen uso de ellos. Muchas veces son situaciones que han sido pedidas con mucha confianza a Dios, y que las recibimos sin imaginarnos.

Desde pequeños, nuestros padres nos enseñan a dar, pero no se preocupan de enseñarnos a recibir. Pidamos al Señor que abra nuestros corazones, para ser capaces de encontrar las necesidades de quienes nos rodean y aprender a dar; y pidamos que nos dé un corazón humilde, para recibir con amor.

Saludos,

Departamento de Familia