Los ejercicios de psicomotricidad son fundamentales para niños de 6 y 7 años, porque contribuyen al desarrollo de sus capacidades motoras, cognitivas y afectivas.
Desde el primer día de clases, en segundo grado de básica hemos venido trabajando en la aplicación de una serie de juegos y dinámicas que contribuyen a la activación del sistema neuromotor y al mismo tiempo a la integración de cada niño de manera lúdica.
Con esta práctica diaria de hábitos y rutinas, los niños pueden desarrollar una mayor coordinación y control motor, ser más rápidos y ágiles en los movimientos, aumentar la estimulación de la percepción sensorial en cuanto a lo visual, auditivo y táctil. También, pueden mejorar la atención y la concentración, la psicomotricidad gruesa y la psicomotricidad fina, indispensables en el aprendizaje de la lectoescritura; así como también fomentar la creatividad y la imaginación.
En resumen, estos buenos hábitos contribuyen al desarrollo integral del niño para enfrentar los desafíos del futuro.