El partido termina cuando pita el árbitro y ha finalizado el descuento, por el tiempo perdido en el campo de juego. Y en este Mundial de Fútbol, hemos visto ganar a selecciones que lucharon hasta el último instante.
El empate o la derrota no estaban en su espíritu. Siguieron adelante, con esa perseverancia del atleta que sabe que puede llegar a la meta, aunque le falten fuerzas, y todo parezca terminado.
Qué lecciones no está brindando este evento. Para sacarle provecho. Para enseñarles a nuestros hijos, que la vida hay que tomarla con espíritu deportivo. Cuando parece que nuestro esfuerzo no se ve recompensado por los resultados, entra en juego la constancia. En el estudio; en el trabajo; cuando se presentan enfermedades difíciles en alguno de los miembros de nuestra familia;… cuando rezamos y parece que Dios no escucha.
Hay que seguir hasta el final. Jesús dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Y luego añadió: “Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.
Con fe, seguros, optimistas y alegres, conseguiremos lo que nos propongamos. Cuántas veces lo hemos experimentado en nuestra vida, y cómo nos damos cuenta ahora que estamos frente al televisor, viendo el juego de los equipos. El fútbol nos está dando lecciones de paciencia y esperanza. Aprovechemos estas enseñanzas.
Saludos,
Departamento de Familia