La aventura de amarse para siempre comienza con un sí lleno de ilusión, de valentía, con el deseo firme de hacer feliz al otro. Así nace la familia, con detalles de cariño que van y vienen, con palabras bonitas y alentadoras, con abrazos que nos hacen sentir que no estamos solos. Y vamos fabricando un nuevo estilo de vida, tomando de lo que ya hemos vivido en nuestros hogares paternos, o reinventando otro con sus reglas, sus costumbres, su forma de hacer las cosas.
Y la vida sigue, los niños crecen y nos llenamos de lindas experiencias, muchas de ellas guardadas en videos y fotos, que nos ayudarán a recordar. Pero, no hay ninguna relación que no esté llamada a experimentar el dolor, y vendrán problemas y desacuerdos, que tendremos que resolver sin maltrato y humillaciones, sino con la sinceridad, la prudencia y el cariño de un corazón que busca el bien del otro.
En la vida familiar se aprende a perdonar. Errores, cometeremos muchos, pero todo se puede restaurar. Y de estas crisis vendrán tiempos mejores, más intensos, más alegres. Nuestro amor sostendrá y santificará nuestra familia.
El tiempo pasa y cuando la muerte nos separe, tendremos muchos recuerdos que sostendrán nuestro corazón. Porque mantener una familia unida es un reto alcanzable, cuando Dios, es parte de esta aventura.
Saludos,
Departamento de Familia