La Comunión de los Santos

En el mes de noviembre, recordamos a los fieles difuntos. Aquellos seres queridos que ya no están con nosotros, y que se encuentran ya con el Señor; y por las almas, que están en el Purgatorio.

Orar por los difuntos significa pedir por aquellas almas que están en el Purgatorio, pero que ya tienen garantizado el Cielo. Y pedir a los difuntos significa rezarles a las almas que ya gozan de la visión beatífica de Dios, para que intercedan por nosotros, y nos ayuden en lo que necesitemos.

Quienes están en el Purgatorio necesitan mucho de nuestras oraciones, pues al tener que purificarse, el sufrimiento que experimentan es muy grande. Cuántos familiares, amigos, conocidos, esperan llegar pronto al Cielo, pero tienen que esperar, y mientras tanto sufren, por no poder disfrutar ya, de la presencia del Señor.

“El misterio de la Comunión de los Santos se refiere a la unión y a la ayuda mutua que podemos prestarnos los cristianos: quienes aún estamos en la tierra; los que ya seguros del Cielo, se purifican antes de presentarse ante Dios de los vestigios de pecado en el Purgatorio; y quienes interceden por nosotros delante de la Trinidad Santísima, donde gozan ya para siempre. El Cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones más profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de la dicha”. (Catecismo de la Iglesia Católica, 1024).

Acordémonos…, de los fieles difuntos.

Saludos,

Departamento de Familia