… De cada día. Una sonrisa sincera. Una llamada oportuna. Un saludo entrañable. La preocupación por un amigo enfermo. Una palabra amable que salió de nuestra boca. El mail que ayudó a que nuestro amigo se recupere de su agobio.
¿Hemos ayudado en casa, arreglando algo que esté desordenado, o esperamos a que sea la empleada o nuestra esposa, quien lo haga?; ¿o que nos prepare algo tan sencillo, que podemos hacerlo con nuestras manos?
Las cosas pequeñas,… de cada día. Tomar la mano de nuestra esposa; cruzar una mirada de amor; darle un abrazo, que no dure tan sólo un segundo.
¿Y en nuestro trabajo? Ayudar a quien necesite de un consejo, o de una instrucción para terminar bien su labor. Hacer un favor, sin que nuestro compañero se dé cuenta de la ayuda que le proporcionamos.
«Hacedlo todo por Amor.- Así no hay cosas pequeñas: todo es grande. La perseverancia en las cosas pequeñas, por Amor, es heroísmo» (Camino, 813).
Saludos,
Departamento de Familia