Las manos juntas

En actitud de oración. Si es posible, de rodillas. En una capilla, o en la habitación de su casa. Hablando con Dios: pidiéndole, agradeciéndole, alabándole y adorándole.

Te pido, Señor, por la unión de mi familia. Porque nos hagas respetuosos y tolerantes.

Te pido, Señor, por mi cónyuge. Para que el amor entre los dos,  permanezca siempre.

Te pido, Señor, por mis hijos. Para que los sepa guiar con sabiduría y comprensión.

Te pido, Señor, por mi trabajo, porque trate de hacerlo con la mayor perfección posible.

Te pido, Señor, por mis familiares y amigos. Porque nunca los olvide, ni sea ingrato con ellos.

Te agradezco, Señor, por darme la vida, uno de los mayores regalos que puedes otorgarme.

Te agradezco, Señor, por los talentos que me has brindado. Para que los haga multiplicar.

Te agradezco, Señor, porque me das fuerzas para defender la vida y la dignidad de las personas.

Te agradezco, Señor, porque me ayudas a servir a mi prójimo, con prontitud y eficiencia.

Te agradezco, Señor, porque me llevas a ser justo, con quienes dependen de mí.

Te alabo, Señor, porque   bajaste al mundo, haciéndote  hombre como todos nosotros.

Te alabo, Señor, por tu misericordia con los seres que creaste.

Te alabo, Señor, por perdonarnos nuestros pecados.

Te alabo, Señor, porque a pesar de mis faltas, no me dejas ni un solo día de mi vida.

Te alabo, Señor, porque proteges a los no nacidos, y das consuelo a los enfermos.

Te adoro, Señor, por tu benevolencia y magnanimidad.

Te adoro, Señor, porque nos acompañas en la Santísima Eucaristía.

Te adoro, Señor, porque nos has regalado a la Virgen María, por Madre.

Te adoro, Señor, por tu inmensa compasión.

Te adoro, Señor, porque acoges siempre mis oraciones y súplicas.

Saludos,  

Departamento de Familia