Los que se van

La XIV. Otra promoción más. Les toca partir del Colegio, y a quienes permanecemos en nuestro plantel nos invade un sentimiento que se mezcla entre la pena y el regocijo. Pena por haberlos visto crecer, formarse  y sentir que de repente ya no estarán aquí. Regocijo porque los espera su Carrera universitaria, con la que culminarán sus estudios, para comenzar una vida como profesionales. 

Al graduarse, se despojarán de todo lo que representó molestia y desagrado ante alguna circunstancia que les tocó vivir mientras avanzaban en su etapa escolar. Siempre quedarán los buenos momentos, esos que nunca se borran de la mente de quienes quieren de verdad al Torremar, haciéndolo ya parte de su vida, llevándolo en su mente y en su corazón. 

Niños que se hicieron grandes; almas que buscarán trascender mientras tengan que cumplir la misión que Dios les ha puesto aquí en la tierra. El Señor ha depositado cientos de talentos en cada uno, que les tocará descubrir mientras vayan madurando, consolidándose como hombres que buscan irradiar esa alegría y paz que a San Josemaría le gustaba mencionar muy a menudo, como grandes cualidades en la vida de un cristiano. 

Siempre los recordaremos. No sólo estarán grabados en esas imágenes que colocamos en el cuadro de su Promoción, en una de las paredes de nuestra sala de Preceptorías. Permanecerán en cada uno de los rincones de esta institución, recordándonos los momentos de travesuras y de logros importantes que conquistaron durante su permanencia entre nosotros. 

Que el Señor, la Virgen y San Josemaría los cuiden, los protejan y guíen su camino, en el que trazarán una ruta que, con el amparo divino, la recorrerán con optimismo y fortaleza, virtudes que las llevarán para siempre en su espíritu.

Saludos,

Departamento de Familia