Esta frase era la preferida del argentino Guillermo Vilas, cuando en la década de 1970 le preguntaban del por qué había escogido este deporte como profesión. Con esta misma frase queremos destacar las figuras de Alexander Zederbauer, Héctor Romero y Mateo Larrea, estudiantes de Torremar, quienes muestran una gran proyección en el tenis nacional.
Alexander, Héctor y Mateo se convirtieron, durante la última semana de mayo, en finalistas del torneo de tenis juvenil Copa Café Oro Don Café, en las categorías 14 y 12 años, el cual les sirvió como preparación para el torneo nacional. Conozcamos un poco más de nuestros talentos.
“Quiero ser tenista profesional”, remarca Alexander (de 9° C), cuyos genes guardan una herencia tenística de alta competición al ser sobrino del ex tenista ecuatoriano Nicolás Lapentti, razón a la que atribuye que desde los dos años su juguete favorito ya era la raqueta de tenis.
“El tenis es mi pasión”, enfatiza Héctor (de 10° A), quien nos comenta que practica tenis desde los seis años de edad y que fue su padre quien le inculcó el amor por este deporte, el cual – asegura Héctor- desea jugarlo toda su vida.
“Mi ídolo es Rafael Nadal”, señala Mateo (de 5° C). Con el aplomo de quien sabe lo que quiere, nos comenta que también desea convertirse en tenista profesional y emular al español. Como Alexander y Héctor, Mateo quiere que sus padres y amigos se sientan contentos por sus triunfos.
Quienes hacemos Torremar también nos alegramos por los éxitos que comienzan a cosechar Alexander, Héctor y Mateo, pero sobre todo por su gran sentido de responsabilidad que los lleva a practicar con esfuerzo este hermoso deporte, sin descuidar en ningún momento sus estudios.
Felicitaciones a nuestros queridos estudiantes, y en especial a sus padres, por tan extraordinarios chicos.