Dios siempre regala momentos de paz en la vida de cada persona, y mucho más cuando está pasando por circunstancias difíciles.
Y es que Dios siempre se preocupa por cada ser humano que existe. Es como si para Él, cada uno de nosotros fuera el único que viviera en este mundo. Muchas veces, nuestro Padre permite que atravesemos por desgracias, porque eso sirve para purificarnos, y también para que aprendamos de las faltas que hemos cometido, y así, aumente su gracia en nosotros.
Siempre hay un rayo de luz, una brisa suave, un oasis, un poco de lluvia para regar ese campo seco, que no produce frutos. El Señor, no deja desamparados a sus hijos, pero quiere que nuestra vida sea recta y productiva; que pasemos por el mundo sembrando paz y alegría; que multipliquemos los talentos que nos ha regalado.
Y…, ¿quiénes nos ayudan a superar las dificultades que se presentan en nuestro camino?… Nuestros padres, la familia, los amigos, los guías espirituales; pero sobre todo la Oración, que es un arma muy eficaz, para conseguir lo que deseamos.
Saludos,
Departamento de Familia