Siempre a nuestro lado,… desde que fuimos concebidos. Es ella quien nos permitió nacer; quien nos tuvo en sus brazos dándonos el primer alimento; quien sufrió con nuestras primeras caídas; quien más gozó de las primeras sonrisas, volteretas, o intentos de hablar.

De su mano aprendimos a caminar, y de su mano asistimos a nuestro primer centro escolar. La primera infancia con las risas compartidas, y los llantos consolados, fueron junto a ella. Nunca olvidaremos sus malas noches cuando estábamos enfermos, o necesitábamos el aliento para emprender algún concurso escolar de la disciplina que sea.

Luego fuimos creciendo, y aunque nos distanciamos un poco de ella, su presencia siempre permanece junto a nosotros, llenando el hogar con esa capacidad que sólo una mujer posee, porque Dios la hizo especial, dotándola de cualidades que son características de ella.

Encargándose de la casa; trabajando en alguna empresa; siendo madre y esposa a la vez. O dejando ese rol, para dedicarse a un apostolado que la enaltece y la convierte en aliada del Señor para la formación espiritual de tantas personas.

El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. Un ser humano a quien Dios formó con un poco de Cielo, moldeándola para que se transforme en el motor que da vida a toda la humanidad.

 

Saludos,

Departamento de Familia