Hay páginas que hemos escrito en el libro de nuestras vidas. Contienen actos que han servido para que otras personas recuperen la ilusión, enrecien su carácter, recobren su optimismo, se preocupen de los demás, se encuentren con Dios. Son momentos en que hemos puesto en práctica lo que Jesús nos enseñó.
Hay otras que todavía están en blanco, esperando que las llenemos con la mejor letra. ¿Cómo empezó a escribirlas este año? En el trabajo; en el trato con sus compañeros; en los detalles con su esposa o esposo; en el cuidado con la formación de sus hijos.
En el trabajo, poniendo en práctica todo lo que sabe y ha aprendido mientras se preparaba para su profesión. En el trato con los compañeros, respetándolos y ayudándolos a mejorar como personas. En los detalles con su esposa, preocupándose de hacerla feliz, de que pase por la vida con el ánimo grande, con seguridad, con la certeza de sentirse amada todos los días. En los detalles con su esposo, alentándolo para que sus actividades diarias sean acabadas con la mayor perfección posible, brindándole el cariño que necesita para que se mantenga ese calor de hogar que todos deben sentir en la casa. En el cuidado de los hijos, no dejándolos solos con esas niñeras electrónicas (celulares, computadoras…), que mal manejadas se están convirtiendo en un verdadero peligro para niños y adolescentes, al deteriorar muchas de sus capacidades emocionales.
Algún día, cuando hayamos dejado la tierra, el libro de la vida será abierto por el Señor. Él querrá encontrar una obra que contenga muchos capítulos escritos con dedicación, esfuerzo y responsabilidad.
En este año, 2017, ¿estamos dispuestos a lograrlo?
Saludos,
Departamento de Familia