Jesús dijo: “Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen a la puerta y les abrirán. Porque todo el que pide recibe, el que busca halla y al que llame a la puerta se le abrirá”.
Si algo hay que destacar en estos versículos del Evangelio, es cómo el Señor nos insiste en que le solicitemos todo lo que necesitamos.
¿Acudimos a Él cuando tenemos alguna necesidad? ¿Lo hacemos frecuentemente? ¿Sabemos pedirle adecuadamente, para que nos dé con prontitud? ¿Hace cuánto tiempo dejamos de visitarlo en alguna capilla u oratorio? ¿Rezamos con frecuencia, y enseñamos a nuestros hijos a hacerlo?
Hay que pedir, hay que buscar y hay que tocar… y también ser gratos por los múltiples obsequios que nos concede todos los días.
¿Y si no se acuerda de otorgarnos bienes?… Es que de lo malo también se puede sacar algo bueno. Tal vez tenemos que soportar esos problemas durante un tiempo, pero después nos encontraremos disfrutando de los regalos que hemos obtenido.
De un Dios que desea lo mejor para nosotros, no podemos esperar rechazo o indiferencia. Sólo hay que seguir insistiendo, con perseverancia, todos los días.
Y después de conseguir lo que buscábamos, hay que seguir pidiendo,… y agradecer con todo nuestro corazón.
Si aún no lo hemos hecho, intentemos,… desde hoy.
Saludos,
Departamento de Familia