Ayer celebramos a la Sagrada Familia: Jesús, María y José. Y todos los días debemos celebrar, por tener a nuestro lado una familia. Nuestra esposa -esposo-…, nuestros hijos.
¿Se imaginan cómo sería la vida de los tres? Al ser un trabajador manual, a José no se le presentarían todos los días encargos para hacer labores de carpintería, de herrería…, o de reparar algún techo, puerta…
Tienen que haber pasado malos momentos. Dios permitió que esta familia también tenga necesidades, porque era un hogar normal, donde los milagros no se realizaban. Y algunas veces faltaría lo básico para alimentarse, vestirse, o para comprar las herramientas que José necesitaba para un nuevo trabajo. La vida de esta Sagrada Familia, también estuvo acompañada de penurias.
Pero también llena de alegrías, en las situaciones que la vida presenta cada día. Sabrían tomar la vida, con la alegría del que se sabe hijo de Dios. Se preocuparían por ayudar a resolver los problemas de los demás. Practicarían las Obras de Misericordia, a pesar de su pobreza, porque las Obras de Misericordia no sólo son materiales.
San Pablo aconseja: “Sean comprensivos, humildes, afables y pacientes. Lograrán frutos abundantes los padres de familia que vivan estas cuatro virtudes: comprensión, humildad, afabilidad y, sobre todo, paciencia” .
La Sagrada Familia debe ser…, nuestro modelo a seguir.
Saludos,
Departamento de Familia