Hoy celebramos el Día del Niño en Ecuador. ¡Felicitaciones para todos los niños!, y que los festejen muy bien, aunque no puedan salir. Pero Jesús nos dijo, mientras estuvo aquí en la tierra, que todos debemos ser como niños. Lo recordamos en el Evangelio: “En verdad os digo, que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”. (Mateo 18, v. 13). Y también lo recordamos en el mismo Evangelio de San Mateo, 18, v. 4: “Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos”.
Para lograr esto, es necesario que tengamos al Espíritu Santo, dentro de nosotros. Y precisamente ayer, recordamos esa venida, en Pentecostés. Debemos pedir siempre al Paráclito, que nos otorgue un corazón sencillo. Que nos proporcione esos dones que Dios nos tiene destinados, de acuerdo con nuestros talentos.
Y veremos que el Señor no se equivoca. Que lo que nos pide, no es algo imposible. Que ser como niños, no fue algo que ya pasó para nosotros, los adultos. Y junto a esto, el Señor nos pide también que acojamos a los niños. Que los respetemos y los cuidemos. Que no les impidamos que se acerquen a Él a rezar, a pedirle, a darle gracias. Jesús dijo: “Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos, es el reino de los cielos”. (Mateo 19, v. 14).
No podía faltar, la carta que escribió San Juan Pablo II a los niños, en el Año de la Familia: …“Queridos amigos pequeños, deseo encomendar a vuestra oración los problemas de vuestra familia y de todas las familias del mundo. Y no sólo esto, tengo también otras intenciones que confiaros. El Papa espera mucho de vuestras oraciones. Debemos rezar juntos y mucho para que la humanidad, formada por varios miles de millones de seres humanos, sea cada vez más la familia de Dios, y pueda vivir en paz”…
¡Feliz Día del Niño!
Saludos,
Departamento de Familia