Te ofrecemos

Navidad es la venida del Salvador a nuestras vidas; es un encuentro personal con Él. Es decidirnos por un Dios tan bueno, que llega a nosotros como una criatura inocente, dulce, tan fácil de querer.

Pero aun así, muchas veces es ignorado y rechazado. Su ternura no logra ablandar el corazón duro de los hombres. Pero Jesús insiste. Nos espera y nos invita a cada instante, a empezar una vida a su lado.

Quiere que reflejemos su luz al mundo; pero qué difícil es, cuando hemos perdido nuestras ilusiones; cuando nos hemos acostumbrado a una vida sin luz, y ya no esperamos más que la mediocridad y el vacío. El Adviento despierta a los cristianos, que corren el riesgo de dormirse en la vida diaria.

Debemos reconocer que, si bien conocemos a Jesús, y creemos en Él, no ha logrado ocupar el primer lugar en nuestras vidas. Que tenemos momentos de oscuridad, porque Dios está ausente.

Reconocer su ausencia aumenta nuestro deseo de recibirlo, de esperar su venida, y de abrir las puertas de nuestro corazón para vivir con Él, por Él, y para Él.

Te ofrecemos Niño Jesús, darte el mejor lugar en nuestros corazones; que siempre seas Tú primero, dejando de lado todo lo que nos aleja de Ti. Te ofrecemos rezar más; destinar para Ti, un tiempo de nuestro día; no el que nos sobra. Queremos demostrarte que eres importante en nuestra vida, más importante que las cosas importantes.

Te ofrecemos nuestro trabajo bien hecho. Ponerle amor a lo que hacemos, y hacerlo todo por Ti. Te ofrecemos postergar nuestros gustos con tranquilidad, cuando Tú tengas otros planes para nosotros. Te ofrecemos pensar, antes de manifestar algo; buscar las palabras que ayuden y consuelen. Te ofrecemos escuchar a los demás con atención, para enterarnos de lo que ellos necesitan. Te ofrecemos amarte más en la Santa Eucaristía; que busquemos con ansias recibirte cada día. Te ofrecemos mortificarnos un poquito más, con pequeños detalles, que nos ayuden a ser más fuertes y menos caprichosos. Te ofrecemos en este Adviento: Oración, limosna y ayuno. Oración: Que estemos en presencia de Dios todo el día. Limosna: Dando a los demás todo lo que tenemos: nuestro tiempo, nuestra atención, nuestra compañía. Ayuno: Dejando ciertos gustos, venciendo la pereza, incomodándonos por otros, manifestando solamente lo que es necesario decir.

Que estos días de Adviento que faltan, los vivamos con intensidad, porque realmente queremos que nuestra Navidad sea real. Que Tu venida,… transforme nuestras vidas.

Saludos,

Departamento de Familia