Causa de nuestra alegría, Madre de la esperanza, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Reina de la paz… son algunas de las letanías que dedicamos a la Virgen cada día en el Santo Rosario. ¡Madre mía, qué hermosa eres!
Tenemos una Madre en el Cielo. María, se nos ha anticipado, nos espera y nos ayuda, nos acompaña en el camino, para que nos ganemos ese lugar, que Dios, nos tiene prometido.
No nos deja, no nos suelta, nos cuida como verdadera Madre.
Cuidemos todos esos detalles que nos ayudan a crecer más en amor a María: una canción, una jaculatoria, rezar el Santo Rosario, el ángelus, conocer más de su vida, usar el escapulario, tener una imagen de ella cerca.
Dejemos que María cubra con su manto nuestro hogar, que sea ella, quien nos lleve de la mano hacia Jesús
Con ella no podemos sentirnos solos. Ante una dificultad, tan solo con llamarla MADRE, ella se preocupará.
Saludos,
Departamento de Familia