Testimonio

San Francisco de Asís, dijo: “Ten cuidado con tu vida; tal vez ella sea el único Evangelio que algunas personas vayan a leer”.
Qué maravilloso mensaje. Y qué compromiso: ¡Dar testimonio! Ser…, el mismo Cristo.

Es el momento de preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo por Dios? ¿Cómo correspondemos al amor, a la misericordia, y a la permanente entrega de dones del Señor?

Conocemos nuestras limitaciones. Tenemos necesidad, a cada instante, del Señor. Pero recordemos que nuestra oración no debe ser sólo de petición. Tenemos que darnos cuenta del plan divino, que Dios nos ha trazado desde la eternidad.

Nosotros, hemos recibido mucho del Señor. Seamos testimonio. Comprometámonos a seguir los pasos de Jesús, por todos los lugares por los que tengamos que transitar; todos los días de nuestra existencia.

Saludos,

Departamento de Familia