Tiempo de la mañana

Si durante la semana le resulta difícil mantener contacto con sus hijos, porque tiene que trabajar y no los ve hasta la noche, cuando ya duermen; si nota que va pasando el tiempo y esa relación se torna más escasa; si tiene que realizar desplazamientos a otras partes, y no puede siquiera contemplarlos, tal vez tenga que plantearse cómo hacer para cumplir tantas cosas a la vez, sin dejar de compartir con ellos.

Algo que puede ayudar, es aprovechar el tiempo de la mañana. Es decir, aquellos momentos que van, desde que se levantan sus hijos, hasta que se quedan en el colegio. Allí tiene una serie de actividades que harán que ellos no lo olviden, y que usted también los tenga presentes durante todo el día. En ese corto tiempo, usted tiene la oportunidad de hacer muchas cosas: acompañarlos a desayunar y a coger el bus; abrazarlos muy fuerte y animarlos a que tengan un buen día; hacerlos reír y decirles simplemente que los quiere; darles la bendición, y si usted puede, llevarlos al colegio, y…, vaya pensando en qué cosas más hacer… No se imagina usted como estos detalles son una muestra concreta de estar en la vida de los hijos. Sólo es cuestión de probarlo…, y ustedes nos contarán. ¡Ah!, y en las tardes, si puede, llámelos a la casa.

Recuerde que la voz les comenzará a cambiar; que los zapatos cada vez les quedarán más pequeños; que muchos de sus juguetes se guardarán en la cajonera; que ya no le pedirán su mano para caminar. Luego, cuando menos se dé cuenta, ya habrán partido, y si usted no les ha regalado tiempo, es difícil que ellos se lo vayan a regalar cuando usted ya esté solo en casa; porque recuerde…, los hijos transmitirán…, lo que usted les dio…, o dejó de darles.

Tiempo de la mañana…, aprovéchelo.

Saludos,

Departamento de Familia