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Todo empieza en el corazón de los hombres

La fiesta de Cristo Rey es una de las más lindas que celebramos los cristianos, porque reconocemos a Jesús como Rey del universo, el centro de todo. Su Reino es diferente a los de este mundo: es un Reino de amor, de paz y de verdad. Un Reino que no tiene fronteras.

Nuestra misión es hacer realidad el Reino de Dios en el mundo, comenzando por nuestro propio corazón, y así llevar su luz a nuestras familias, a nuestros amigos y a nuestro ambiente de trabajo; ordenando lo que está fuera de lugar, uniendo lo que está roto y salvando lo que parece perdido. Eso es lo que hace el amor.

El Reino de Dios no comienza “afuera”. Todo empieza en nuestro interior, donde florece y crece en la medida en que le permitamos a Dios reinar en nuestra vida. Tener dentro de nosotros el Reino de Dios es, precisamente, nuestra vocación. Elegir a Jesús como Rey significa someter nuestra voluntad a la suya en cada una de las decisiones que tomamos, grandes y pequeñas, de cada día.

A veces, el corazón tiene espacios donde Dios no puede entrar porque están ocupados por resentimientos, culpas o heridas. Soltemos todo lo que nos impida ser esa tierra fértil donde su gracia puede florecer, y seamos parte de esta gran tarea de llevar el Reino de Dios a todo el mundo.

Departamento de Familia