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Un poco de Marta y un poco de María

La escena de Marta y María nos ofrece una profunda enseñanza. Jesús llega a visitarlas, Marta se afana en atenderlo, mientras que María se sienta a escucharlo.

Marta, una persona diligente, trabaja bien y lo hace con premura. Nos enseña que el servicio también es una expresión de amor. Su servicio nace del amor a Jesús, quiere demostrárselo y agradarle, busca su bien.  Sin embargo, en algún momento se agobia, pierde su horizonte y deja de disfrutar lo que hace. Entonces se enfoca en su hermana y se olvida a quién estaba sirviendo.

María, en cambio, elige escuchar a Jesús. Nos enseña que la relación con Dios no puede postergarse. Se sienta a sus pies: lo escucha, lo contempla, lo ama.

La reacción de Marta y María no se oponen; al contrario, se complementan. Jesús nos invita a actuar y contemplar, a servir y a escuchar. Hoy también nos visita: a través de nuestro cónyuge, que pide nuestra compañía, nuestro cariño y respeto; y de nuestros hijos, que requieren ser escuchados y necesitan nuestras palabras de ánimo o consejos.

La acción y la contemplación son actitudes necesarias en la vida cristiana y familiar.

Busquemos tener un corazón que escuche como María y sirva con alegría como Marta. Así todos nos sentiremos amados, como Jesús se sintió en Betania.

Departamento de Familia