Una alegría para la Sagrada Familia

Nuestro pesebre está presente con sus figuras características: las de Jesús, María y José. Pequeñas imágenes, acompañadas de pastores, animalitos y Reyes Magos. Pero en el Cielo, esa representación, en época de Navidad, vuelve a recobrar a los personajes principales, vivos,… convirtiéndose en un Nacimiento como hace más de 2000 años.

Este año, en el Cielo, y junto al pesebre, se encuentra un invitado especial: nuestro querido Wei Wei, que nos dejó hace pocos días. Nos lo imaginamos… La Sagrada Familia, debe haberlo acogido, y colocado en el puesto más especial del Nacimiento. Con esa paz que emanaba de su rostro, cuando estuvo con nosotros, así estará junto al Belén, adorando eternamente al Niño Dios.

Durante estos días, hemos recordado las dificultades y contratiempos que tuvieron que afrontar María y José, porque no tenían un lugar donde nazca el Niño. Luego, evocaremos su huida a Egipto, con mucha angustia, porque Herodes quería matar al Niño. Posteriormente, llegar a un lugar desconocido; luego regresar; instalarse en Nazaret, y pasar las vicisitudes por las que atraviesa un hogar común, como fue el de la Sagrada Familia.

Así ha permanecido, durante este tiempo, la familia de Wei Wei. Viviendo el Evangelio día a día. Ofreciendo esos momentos difíciles. Sabiendo sobrellevar esas pruebas que sólo el Señor conoce por qué las permite. Haciendo de su hogar un lugar luminoso y alegre, a pesar de los percances.

Al finalizar este año, encomendémonos a su intercesión; pues las almas santas pueden mucho ante Dios. Como están muy cerca de Él, obtienen los favores que le pidamos al Señor, con mucha prontitud.

Desde el Cielo, Wei Wei nos bendecirá especialmente, para que este 2020 nos encuentre con alegría y paz, que son el sustento de todo hogar cristiano.

Saludos,

Departamento de Familia